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jueves, 13 de febrero de 2014

Secretos Mecánicos 2ª Parte

-¡Usted no puede chantajearme!-gritó Carl
Era gracioso ver como se cara se ponía roja como el tomate, que bien me lo estaba pasando.
-Si, si puedo Carl-a la mierda tratarte como si fuera mas que yo-es mas, lo estoy haciendo-cogí la foto de su familia-será gracioso ver la reacción de su mujer y sus hijos cuando les cuente como su padre y marido le come la polla al oso que tiene por ayudante.
Me levanté y enseguida el mierdecilla me detuvo.
-Espera...-ya no me trataba de "señor"-está bien, el trabajo es suyo, pero por favor-sus ojos se llenaron de lágrimas, casi me dio lastima, casi-prométeme que no le dirás nada a nadie...
Le miré fijamente a los ojos y vi como una lágrima surcaba su cara y goteaba sobre la mesa. Se la sequé con un dedo.
-Guarda tus lágrimas Carl, guárdalas para cuando tu familia se entere...
-¡Pero me has dicho...!-le interrumpí poniéndole un dedo en los labios.
-Se lo que he dicho, y por supuesto, lo voy a cumplir-puse los ojos en blanco-pero, le advierto, si me putea aunque sea una vez...-me chupé los labios
Asintió con la cabeza.
-¿Cuando empiezo?
Su cara irradiaba asco, frustración, y sobre todo, odio. No pude evitar reírme.
-Mañana mismo
Asentí lentamente con la cabeza y salí de aquel lugar.

Cuando me senté en el coche no tenía ganas de ir a casa, así que llamé a Paco, uno de mis mejores amigos.
Al final quedamos en mi casa, así que fui directo hacia allí.
Cuando llegué me estaba esperando en el portal, adoraba a ese chico, además, era guapísimo, rubio, ojos azules, delgadito...vamos, ya me entiendes, que tenía unos polvos...pero bueno, era un buen amigo y no quería cagarla, además de que también era activo.
-¡Paco hombre de Dios!-le di un abrazo
Me dio un mordisquito en la oreja y se alejo.
-¿Cómo vas queridísimo Kevin?
Sin responderle abrí la puerta y subimos a mi casa. Una vez acomodados en el sofá le conté lo que me había pasado con Carl.
-Te lo acabarás follando-dijo absorbiendo por su pajita la fanta de naranja
-¡¿QUE COJONES PACO?!
Soltó una carcajada. En serio adoraba a ese chico.
-Verás...un día me llamarás y me dirán "ostias Paco que me he tirado a..." ¿como se llamaba?
-Carl-puse los ojos en blanco.
-Eso, "ostias Paco, que me he tirado a Carl" y entonces apareceré en tu puerta y te daré un buen mamporro en la cabeza-comenzó a reír
-¿Ah si?
Antes de que pudiera reaccionar nos enzarzamos en una pelea de cosquillas, que, obviamente, yo tenía ganada antes de empezar. De verdad que me encantaba ver sonreír a ese chico.
Al final acabamos en el suelo el enzima jadeadome en la cara. Su aliento olía a naranja y eso me gustaba.
Nos quedamos mirándonos y noté que poco a poco iba acercando sus labios a míos, juro que en ese momento estaba tocando el cielo.
En una milésima de segundo me puse a pensar que iba a pasar como en las películas, un llamada que interrumpiera el momento o cualquier cosa...pero no, no pasó nada, y sus labios se encontraron, por fin, con los míos.
Algo dentro de mi cuerpo se activó y sentí calambres en cada centímetro de mi cuerpo, nuestras lenguas se juntaron y comenzaron una pelea sin fin, le agarré por la cintura y le pegué mas a mi cuerpo, notaba como el "monstruito" se despertaba. Le metí la mano por dentro de la camiseta y rocé lentamente su fino cuerpo. Me estaba empezando a descontrolar, los besos cada vez eran mas brusco y le acariciaba cada vez mas fuerte, pero no podía para.
Se separó de mis labios y sin decir nada bajo hasta "el mosntruito", desabrochó el pantalón y me quitó los boxers. Un chorro de liquido preseminal resbalo por mi pene, pero Paco lo lamió.
Me miró una vez y lamió el frenillo, me miró otra vez y lamió el glande, me volvo a mirar y esta vez se se metió al "mosntruito" entero en la boca.
Por dios que placer, madre del amor hermoso, gemí mas que en toda mi vida, os lo juro.
Me curvé y vi como su cabeza subía y bajaba al ritmo de mis gemido. La mejor mamada de mi vida.
-Paco..-me costaba hablar por culpa de los gemidos.
Empezó a acariciar por debajo de los testículos.
Oh dios mio, aquello era maravilloso.
-¡Paco me corro!
No paró, al contrario aceleró y me deje ir en su boca con un gemido estremecedor.
Se tumbó a mi lado. Estaba exhausto pero me agaché a bajarle los pantalones.
-No-me dijo y me agarro para ponerme a su altura-ahora no, esta noche, me quedo a dormir y jugamos un poco ¿vale?
-Asentí con la cabeza.
Se levantó y me acompañó a la cama. Me dio besos por todo el cuerpo y poco después se fue.
No tardé en quedarme dormido y ojalá no le hubiera dejado ir, porque esa, desgraciadamente, era la última vez que vería a Paco.

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