Abro los ojos poco a poco pero lo cierro enseguida, hay
demasiada luz aquí…este donde este. Eso me hace recordar el accidente y abro
los ojos de golpe.
-Lo suponía…
Es un hospital, bueno una habitación de hospital. No estoy
solo, Carl está sentado en una silla junto a mi cama.
-¿Qué cojones…?-sí, digo eso, ¿Por qué? Pues porque me ha salido
solo, además, es la última persona que imaginaria a mi lado en el hospital.
-Hombre, Kevin-¡POR FIN! Ya ha dejado la pijada de “usted”-ya
te has despertado
-¿No, en serio? ¡No me había dado cuenta!
-Por favor, deja de ser tan estúpido…
Intento levantar la mano pero estoy esposado a la cama.
-Ah eso-murmura Carl, ha sido él, seguro-les dije que te
pusieran esposas porque me habías estado amenazando varias semanas, no se lo
creyeron, pero una buena mamada…da para mucho.
-¡Hijo de puta!-se levanta y cierra la puerta de la
habitación
Se da la vuelta y negando con un dedo se pone de nuevo a mi
lado, esta vez de pie.
-Hace poco me “torturaste” con placer en mi despacho…me toca devolvértelo…
Me quita la sábana y me sube la horrenda bata de hospital que
llevo. Mi pene se queda al descubierto, acerca su lengua y empieza a chupar el
frenillo, en seguida la tengo tan dura que parece que vaya a explotar. No me la
chupa mucho, lo suficiente para que se quede bien lubricada con mi liquido pre
seminal. Se quita los pantalones y boxers y se sube encima. Me mira sonriendo y
empieza a meterse el pene poco a poco y después se lo mete de golpe. Gimo. Se
acerca a mí y mientras se mueve comienza a besarme, nuestras lenguas se cruza
una y otra vez y le lleno la boca de orgasmos. Se pone de cuclillas y empieza a
moverse más y más rápido, me separo de sus labios.
-Me voy a correr…
Se acerca a mi oído y me susurra que lo hago.
Empieza a moverse más y más hasta que al final me corro.
Empiezo a gemir y a retorcerme de placer, y veo como Carl se corre encima de la
bata blanca.
-Joder Kevin, me has llenado como a un pavo
Intento responder, pero estoy demasiado exhausto.
-Que te vaya bien en la cárcel…-sonríe una vez más y se va.
Detrás de él entran dos policías.
6 meses después
Acabo de salir de la cárcel. No te voy a contar lo que he
vivido ahí dentro, ni cuantas veces me han pegado y violado, solo te voy a
decir que no he olvidado a Carl.
Cojo un taxi y me dirijo directamente al trabajo de Carl.
Cuando llego no hay absolutamente nadie fuera, así que entro. Tampoco a nadie,
pero como el primer día escucho gemidos. Busco por el almacén y ahí están, Carl
y su oso follando como locos. Sonrío. Saco el móvil y empiezo a grabar.
-Oh dios si calvo, ¡follame más por dios! ¡¡Métemela hasta el
fondo por favor! ¡Más rápido más rápido, quiero que tu polla suelte toda su
leche dentro!-grita Carl
Tengo suficiente, salgo por donde he venido y a que no
adivinas a quien me encuentro. Si, a su querida esposa con sus preciosos hijos.
-Hola-me saluda-¿está ocupado mi marido?
-No señora, ahora mismo le digo que salga.
Entro otra vez en el almacén.
-Caaaaaarl-canturreo sonriendo.
Cuando me ve, parece que haya visto un fantasma, se saca la
polla del oso y viene corriendo hacia mí, me doy la vuelta y salgo hacia donde
está su mujer.
Cuando la ve, pone os ojos tan abiertos que apuesto lo que
quieras que están más abiertos que su culo.
-Ángela…
-Carl… ¿estás bien?
-Oh, claro que si señora, solo ha estado un poquito liado con
trabajos muy importantes, me gustaría que viera el trabajo sucio que hace su
honrado marido.
-¡NO!-Carl se abalanza sobre mí, pero de un puñetazo lo dejo
tirado en el suelo.
Me acerco a la mujer y le enseño el video, sus niños juegan
con consolas, así que no se enteran de nada, una lástima.
Tendríais que ver la cara que pone la mujer viendo el vídeo,
es un puto poema.
-Ahora señora…Ángela, dejo que aclare las cosas con su
marido-sonrío y salgo por la puerta sonriente y feliz como una perdiz.
Conforme voy dando pasos escucho a la mujer de Carl gritar
como una psicópata, también escucho mucho ruido y cosas romperse, pero ese no
es mi problema.
Ahora Carl ya no es mi problema, yo me voy a casa, y llamaré
a Rubén, me hace falta meter la polla en algún sitio.
Cuando estoy llegando al portal me encuentro a Rubén agarrado
a otro chico.
Cuando llego, me abraza y solo me dice “lo siento” luego veo
como se aleja con el chico. ¿Aún me puede pasar algo más? Estoy a punto de
entrar en el portal cuando una voz me llama. Paco. Me equivoque, no era la última
vez que le iba a ver.
Se acerca a mí, y las lágrimas se acumulan en mis ojos. Se
tira a mis brazos y me llora en el hombro.
-Lo siento, lo siento-dice una y otra vez
Le acaricio el pelo y las lágrimas comienzan a desfilar por
mi cara. Se aleja y me mira a los ojos.
-Lo siento, te quiero, no lo hice, no me pude casar, te
quiero
Mi corazón se para, ¿ha dicho te quiero?
-¿Qué has dicho?
-Que…te quiero…-su cara se torna en un gesto de desconfianza
El corazón me explota, me tiro a su cuello y empiezo a
besarle allí en medio, con todo el mundo a nuestro alrededor mirándonos, le
beso, le abrazo, le siento, es mío.
Me separo de él y veo una sonría más brillante que el propio
sol. Me abraza y entonces sucede. Todo el mundo comienza a aplaudir y vitorear.
Por primera vez desde que la muerte se llevó a mi primer
amor, puedo decirlo con todo el corazón.
Soy feliz